Pablo Berger: “A mis residentes les digo que sean valientes y que sigan su instinto”
El director de Blancanieves es uno de los mentores de la primera edición de Residencias Academia de Cine, iniciativa de apoyo a creadores cinematográficos
Se siente más consejero que maestro. Así define Pablo Berger, ganador del Goya a Mejor Guion Original por Blancanieves, su papel como mentor. El cineasta tutoriza un total de cuatro proyectos de este programa, que impulsa la Academia de Cine con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid. Por el confinamiento, sus mentorías con Pedro Aguilera (Día de caza), Txema Torres (Esperando a Ajo), Pedro Collantes (Fosfeno) y Mónica Demes (La figura negra) han pasado del cara a cara en la sede de la institución a Skype. Pero el formato no afecta a lo más importante para el realizador, “que entre nosotros se cree un vínculo de confianza”.
¿Por qué le parece importante ser mentor?
Sobre todo por la responsabilidad que implica. Mentor es una palabra abierta a la interpretación. Me gusta más la acepción de consejero que de maestro. En realidad me siento como un big brother. Es un diálogo entre cineastas. Los participantes son jóvenes, pero todos con mucha experiencia y formación. Varios han dirigido largometrajes. Yo lo que intento es aportar una mirada externa, ser como la pared de un frontón donde pueden lanzar ideas. Quiero que se sientan libres para dialogar conmigo sobre cualquier aspecto de su guion. Los mentores debemos ser un poco como matronas, para ayudarles a dar a luz su película.
¿Cómo aborda el trabajo con los residentes?
Me reúno una vez al mes durante hora y media con cada uno. El orden del día lo establecen ellos y durante la mentoría podemos hablar de lo que crean prioritario. Y tiene que ser así, ya que cada guionista-director tiene un ritmo y unas necesidades diferentes. En general, en las primeras reuniones hablamos mucho de la historia que quieren contar, de estructura, de personajes, de tono… pero también de experiencias personales, ya que entre el mentor y el director se tiene que crear un vínculo de confianza.
¿De qué forma cree que les ayuda mejor?
Tienen que saber que siempre voy a estar a favor de obra y que cuanto más nos conozcamos, mejor va a ser el diálogo. Mi objetivo es que al final del programa tengan un borrador del guion del que se sientan satisfechos para enseñar a los potenciales productores.
¿Qué espera haber podido transmitir a los directores/guionistas que está tutorizando?
Para mí el guion es el mapa del tesoro. Así que insisto mucho a mis residentes de la importancia de trabajar de forma exhaustiva en él antes de lanzarse a la búsqueda de financiación. También les digo que sean valientes, que arriesguen. Y que sigan su instinto, ya que como dijo el gran guionista William Goldman “nadie sabe nada” en esta industria. Incluidos los mentores…
También es mentor en otros programas, como La Incubadora. Cuando empezó en el cine, ¿existían programas similares?
No, que yo sepa, y menos en provincias. Mi primera escuela de cine fueron los cineclubs, los festivales, incluso mi enciclopedia del cine hecha fascículo a fascículo… En cambio, cuando estudié cine en la Universidad de Nueva York a comienzos de los noventa, si tuve en muchas ocasiones advisement con guionistas y directores de la industria americana. Encuentros que fueron de gran ayuda en la reescritura y producción de los cortometrajes que luego hice en la escuela.
¿Hacen falta más espacios de intercambio o mentoría entre cineastas consolidados y creadores emergentes?
Residencias es sin duda un programa necesario. Escasean las iniciativas de este tipo. Es un programa 360º, que diría Paquita Salas. Ya que en la primera fase se cubre el desarrollo del guion y en su última, la Academia se encarga de hacer de ‘celestina cinematográfica’, conectando proyectos con productores, televisiones y distribuidores.
El objetivo final es que los guiones se conviertan en películas. Para valorar el programa habrá que esperar un poco y ver cuántos de los quince proyectos participantes se producen. Pero lo más importante es la continuidad. Esperemos que haya muchas ediciones más.
La convocatoria de la segunda edición está abierta hasta el 12 de mayo y en julio se conocerá la nueva hornada de proyectos seleccionados. ¿Seguirá implicado en ‘Residencias’ en el futuro?
Ojalá, me encantaría repetir el año que viene. Para mí está siendo una experiencia fantástica. He tenido mucho suerte con los proyectos en los que me ha tocado trabajar. Destacaría su diversidad: un drama íntimo, uno de género, un documental y un remake. Todos ellos son personalísimos y formalmente audaces. Sin duda, una muy buena cosecha.