Las 11 de Basauri
Beatriz Bonet Álvarez

Sinopsis
En 1976, un año después de morir Franco, en plenas fiestas del barrio obrero de Basauri, la policía saca de sus casas a 11 mujeres para llevarlas a comisaría. Todas son pobres, la mayoría están casadas y son madres de familia numerosa. Después de cuatro angustiosos días en el calabozo salen a la calle acusadas de aborto. Se enfrentan a condenas de hasta 12 años de prisión.
Tres años después se convoca el juicio, Mertxe Agúndez, una joven abogada laboralista de Bilbao se ofrece a llevar su defensa y busca el apoyo de sus compañeras de la Asamblea de Mujeres de Vizcaya. El derecho al aborto es una de las grandes demandas del movimiento feminista y el juicio llega en el momento justo para encarnar esa reivindicación.
Gracias a ellas, se organizan masivas movilizaciones por todo el territorio español pidiendo la amnistía para las denominadas “11 de Basauri” y consiguen poner el aborto en la agenda política en un país en plena transición democrática. Su caso se convierte en una lucha simbólica por los derechos de las mujeres. Pero las once acusadas quieren mantenerse anónimas, no quieren convertirse en adalid de ninguna causa, solo quedar libres.
Antes de que finalmente llegue el juicio definitivo en 1982, las mujeres deberán decidir si permanecen en la oscuridad o salen a la luz pública. Con el apoyo incansable de la abogada y las feministas que no flaquearán en su lucha, las 11 de Basauri, acabaran accediendo a hacer un juicio a puerta abierta. Tras un proceso judicial durísimo, y mediante una sentencia histórica, quedarán absueltas. Tres años después, el parlamento tramitará una nueva ley que despenalizará el aborto.
Proyecto
Mi abuela me contó que ella había abortado. Me lo confesó un día, cuando yo ya tenía cerca de treinta años y ella casi ochenta. Aunque no intuí pudor o culpa al contarlo, sí que tuve claro que aquello era un secreto que ella había estado guardando mucho tiempo.
Me contó que cuando tenía unos cuarenta años, se quedó embarazada sin desearlo. Mis abuelos por aquel entonces ya tenían otros cuatro hijos. Y eran pobres. Sí, sin eufemismos. Pobres. Los dos trabajaban partiéndose el lomo cada día, mi abuelo en la mina, y ella sirviendo casas. Pero sus condiciones de vida no podían considerarse dignas. Y decidieron que no podían sacar adelante a otro hijo.
En plena dictadura, las opciones para interrumpir el embarazo se reducían a viajar a Londres y abortar de forma ilegal, aunque eso sí, en una clínica o pagar alguien que hiciera abortos de forma clandestina, normalmente en una casa. Ya he dicho que mis abuelos eran pobres. Pagar un viaje al extranjero no era una posibilidad.
En la opción casera, la abortera era normalmente una vecina, que te introducía por la vagina cualquier cosa que interrumpiera el embarazo. Con cualquier cosa me refiero a perejil, el gancho de una percha, o un cuchillo. Cosas que, por supuesto, ponían en peligro la vida. Así fue en el caso de mi abuela, que cogió una infección terrible y estuvo a punto de morir. Cuando me contó su secreto, me miró a los ojos y me dijo que lo había pasado tan mal que hubiera preferido salir de esa casa con dos bebés a haber soportado tanto dolor.
Muchos años después de que lo hiciera mi abuela, mi madre también abortó. En su caso igualmente sucedió cuando el aborto era aún ilegal, a pesar de haber terminado la dictadura hacía un par de años. Como mi abuela, mi madre era de clase obrera, pero a diferencia de ella, ella sí tuvo la “suerte” de poder pagarse un viaje a Londres y abortar en una clínica. Mi madre también me confesó su aborto como un secreto. Una vez más, sin arrepentimiento ni culpa, pero con un tono que dejaba claro que ese tema no era algo de lo que uno hablara con ligereza frente a cualquiera.
Desde el primer momento en el que escuché la historia de las 11 de Basauri tuve claro que la historia de esas mujeres era la historia de mi abuela. Y la historia de mi madre. La historia de todas nosotras. Y que teníamos que contarla.
Esta serie pretende ser un necesario homenaje a todas aquellas que no sobrevivieron a sus abortos. A las que sufrieron intervenciones clandestinas en condiciones deplorables y arrastran las secuelas. A las que salieron ilesas. A los años de cárcel cumplidos entre todas las desobedientes. A las que se fueron a Londres a abortar y nunca se lo contaron a nadie. A las que lucharon por nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. A las que siguen sufriendo hoy el acoso de los radicales antiabortistas. A las que cada día se callan su decisión y a las pocas que lo cuentan sin vergüenza. Gracias a todas ellas.
Sobre el Residente Beatriz Bonet Álvarez

Guionista graduada en el Máster en escritura del guion audiovisual del sindicato de Guionistas Asociados de Catalunya (GAC) impartido por la UB y la UDL.
Becada en la primera edición de becas para la escritura del tratamiento de guion del GAC (2023) por el proyecto de serie de comedia Xec Regal juntamente con Marc Angelet y seleccionada como residente en la 7ª Edición de las Residencias de la Academia del Cine Español por su proyecto de serie Las 11 de Basauri.
Directora y dramaturga de la compañía de teatro La Cítrica con la cual escribe y dirige Todo saldrá bien, actualmente representada en Cataluña en espacios no convencionales. Autora asimismo de la obra Algo contigo, coescrita con Marc Angelet y pendiente de estreno en Madrid.
Como actriz se ha formado en interpretación en la escuela de Cristina Rota y en el Programa de Técnica Meisner de Javier Galitó-Cava . Ha trabajado en numerosos proyectos teatrales, el último de ellos Hey hermana, en el que participaba como actriz además de codirigir el espectáculo y que fue programado en el Teatre Tantarantana durante dos temporadas con gran éxito de público.
Recientemente ha trabajado como ayudante de dirección en la obra de teatro Una terapia integral de Marc Angelet y Cristina Clemente, estrenada en diciembre de 2022 en el Teatro Fígaro de Madrid y Conspiranoia, de Jordi Casanovas y Marc Angelet estrenada en el Teatro Alcázar de Madrid en agosto de 2024.