Ana está separada, apenas llega a fin de mes, comparte piso con una amiga en el centro de Madrid y duerme en la misma habitación que su hija. La rutina de Ana está llena de tareas y obligaciones grises a las que se ha acostumbrado. Y no ha vuelto a tener una relación seria desde que se separó de Miguel, hace tres años. La vida de Ana se centra en Sonia, su hija de 7 años.

Son, es una niña alegre, con tendencia a la lucidez y con un comportamiento normativo poco femenino. Cuando el curso escolar comienza, la actitud de Son empieza a volverse extraña. Le duele siempre la barriga, tiene pesadillas constantes y cada día está más triste. Después de ponerse enferma por no querer orinar, Son le confiesa a su madre su secreto: se siente un niño.

Ana y Miguel, su padre que vive fuera de Madrid, inician un proceso para entender y aceptar lo que significa ser transgénero. Asumen en seguida, que para ayudar a su hijo, tienen que hacer el viaje con él. Ambos, intentan hacer lo que creen mejor para Son, pero pronto, se verán luchando en direcciones opuestas. Para Ana ante todo, es inconcebible alejarse de su hijo.

Cuando a la vuelta de Navidades, Son decide ponerse de pie delante de su clase y contarles su verdad sin miedo, la clase le jalea y aplaude. Y la tensión entre Ana y Miguel, que han presenciado la escena, se relaja por fin al ver a su hijo valiente y querido por sus compañeros.

Son, al sentirse respetado y aceptado por lo que es, deja atrás gran parte del sufrimiento amargo de los meses pasados y se siente capaz de lidiar con los conflictos puntuales a los que la sociedad le obliga. Para Ana sin embargo, el camino es otro.

Ana se identifica con la defensa absoluta de la condición de su hijo. Asociaciones y personas del universo LGTBIQ+ llegan a la vida de Ana dándole nuevos colores a su vida y enseñándole otras formas de ver y sentir. Y cuando el sistema oprime, Ana lucha. Es toda una madre coraje. Y Son, está cada vez mejor en Madrid.

Pero algo falla. Cuanto más consciente es del futuro que le espera a Son, menos entiende y más se cuestiona todo. Y por primera vez en su vida Ana empieza a cuestionarse a sí misma.

A través de la crisis de identidad de su hijo, Ana encontrará el camino para asumir su propia identidad.

Ana y Son, son dos caras de la misma moneda, una madre que huye de sí misma, de su propia identidad y un niño en busca su identidad con todas sus fuerzas.

Cuando Ana esté lista para liberar a su hijo, su mitad, podrá ella por fin, estar completa.