Lucía está acabando el curso de Bellas Artes y necesita sí o sí destacar para seguir con su carrera. En casa se siente agobiada por su madre, Paloma, que está empezando una nueva relación y utiliza el piso para teletrabajar. Una beca para unas residencias artísticas en Francia sería la solución de todos sus problemas, pero su novio, Txema, está a punto de ser seleccionado en su lugar. En clase, conoce a Angie, la nueva modelo de dibujo, por quien se siente irremediablemente atraída. Y la dibuja, pero con el rostro teñido de negro: una figura negra. Cuando acaba, le da miedo su dibujo. Tanto que a la hora de dormir tiene pesadillas con una figura negra.

La oscuridad invade sus trazos y sus dibujos son cada vez más aterradores. Y para su sorpresa, van destacando cada vez más en clase. Tanto que Txema se pone celoso, ve su talento como una amenaza y discuten, pero acaba fuera de su camino cuando sufre un accidente fatal mientras Lucía dibuja una figura deforme e ensangrentada. Y aunque esté triste por Txema, Lucía no puede evitar sentirse feliz cuando ocupa su lugar. Angie le implora que destruya sus dibujos, mientras le confiesa un secreto: su padre era un “demonio”, un abusador. Ya está muerto, pero cuando Angie ve los dibujos de Lucía, toda la oscuridad de su padre la invade otra vez. Horrorizada con lo que escucha, Lucía se aleja de Angie.

Pero en su casa, se encuentra con la figura negra de sus dibujos materializada ante ella.