Como joven español de origen chino, he crecido sin referentes en la ficción española que fueran más allá de los clichés y los estereotipos sobre la realidad y la cultura china. Es precisamente de esa ausencia de referentes, de donde nace la historia que quiero contar.

Desde el convencimiento de que lo que mejor puedo narrar, lo más genuino, son mis propias vivencias, y de que las mejores historias, las más emotivas, son aquellas locales y al mismo tiempo universales, me gustaría trazar la historia de San Dai Shi Guang (Tres edades). Un drama nostálgico con pinceladas de humor, que relata el viaje de Xiaowei, desde su llegada, con 7 años, a la Barcelona de los Juegos Olímpicos y de su marcha, a los 23 años, tras la crisis económica del 2008.

Desde su perspectiva, observamos cómo se relaciona con las mujeres de las diferentes generaciones de su familia y cómo evoluciona la sociedad española durante dos décadas. Estas tres generaciones de mujeres son un retrato que homenajea a mi propia familia: a mi madre, a mi tía, a mi hermana y, especialmente, a mi abuela.

San Dai Shi Guang (Tres edades) habla sobre las relaciones humanas, los desapegos emocionales y el desarraigo y trata temas como la integración, la identidad cultural, el choque generacional y la inmigración china, muy reciente en España.

San Dai Shi Guang (Tres edades) propone una poesía cotidiana y un retrato estilizado, que huye del costumbrismo realista para adentrarse en el esbozo de una realidad más estética, más nostálgica. Se cuidará especialmente la atmósfera visual y sonora, el tratamiento de la luz, los encuadres y las composiciones pictóricas, sugiriendo más que mostrando y narrando a través de los silencios, los sonidos en fuera de campo, las ausencias, las miradas, los gestos, los pequeños detalles y los espacios vacíos, en la línea del cine creado por algunos directores asiáticos como Yasujirō Ozu o Edward Yang.