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Largometraje de ficción

Surcos

Borja Luna

Fotograma de Surcos

Sinopsis

Se presenta un espacio asfixiante. La masculinidad.

Iván no es un nombre que suene por ahí, ni mucho menos. De hecho, ni siquiera su padre eligió su nombre. Pero su apellido, Blázquez, tiene peso. Suena a tierra, a sacrificio, a una vida de campo y de tradiciones que arrastran décadas. Y, por si fuera poco, «Blázquez» también puede traducirse como “bellas fauces”. Un nombre que podría evocar la imagen de un hombre fuerte, de alguien con las fauces preparadas para devorar. Eso es lo que su padre querría. O al menos lo que espera de él. De cualquier hijo nacido en La Raya, una tierra áspera y fría en la frontera de Extremadura y Portugal.

Así, en un entorno marcado por la pobreza, la violencia y la falta de referentes, el joven se enfrenta a la desesperación y la humillación, atrapado en los márgenes de una sociedad que le niega el futuro y la dignidad. Son estas poderosas razones las que lo empujan a su propia rebelión, un grito de resistencia que surge cuando se da cuenta de que antes de desafiar al mundo que lo limita, este mismo mundo ya lo ha sometido, dejándolo sin voz, sin esperanza, sin salida.

A través de la historia de padre e hijo, Surcos busca explorar las intersecciones de clase, género y sexualidad en la España contemporánea. La película busca dar voz a las consecuencias de una masculinidad despiadada y opresiva, mostrando cómo esta ha destruido la vida de un padre, quien se convierte en víctima tanto de la violencia que ejerce como de la que sufre de un sistema que lo oprime. En su relación contradictoria con él, se deconstruyen las conexiones de violencia y dominio que marcan el mundo rural en la adolescencia.

Proyecto

Os lo adelanto. Este no es un relato para quienes buscan certezas o la dicotomía entre buenos y malos. Si nos hemos convertido en víctimas de nuestros padres para luego ser el verdugo de los demás y de nosotros mismos, es porque ellos también lo fueron. Víctimas de un sistema educativo, económico y familiar represivo, inhumano y brutal. Un país de víctimas y verdugos, de heridas abiertas, solo engendra más víctimas y más verdugos. ¿Cómo podría mi padre aplicar una educación emocional sana, constructiva, con empatía, respeto y cuidados si a él nadie se la enseñó? ¿Cómo podía enseñar lo que nunca conoció, si él mismo creció en el silencio, la fachada, la doble moral y la imposición?

Un mito: la masculinidad. Aparentemente definida por la fuerza, la invulnerabilidad y una autosuficiencia que parece inquebrantable. Pero cuyo precio es elevado: soledad e incomunicación. Así que, ¿qué pasa? Que lo que no se llora, se grita. Lo que no se dice, estalla. Y ahí vamos, lanzando puñetazos al aire, con la mandíbula tan apretada que cruje. Son nuestras maneras sofisticadas de implorar que alguien, cualquiera, se dé cuenta de que estamos jodidos. Son gritos disfrazados de ira o silencio, con la esperanza de que, por una vez, alguien sienta el terremoto que llevamos por dentro.

Sin embargo, en algún momento la vida te lanza una oportunidad para romper este ciclo. Una bola de esas que no ves venir. Un instante en el que de repente la coraza de hierro se agrieta y aparece algo que parece humano, vulnerable.  Y por un segundo, solo por un segundo, piensas: ¿de verdad había que esperar a que todo se fuera al carajo para esto? ¿En serio? ¿Por qué esperar al desastre para descubrir que bajo todo ese show de músculos y mentiras, sentir y hablar de lo que duele es tan normal como pedir una cerveza? ¿Por qué seguir adorando al dios de la masculinidad indestructible cuando se podría, desde el primer suspiro, enseñar que sentir y abrir la boca es tan válido como cualquier otra acción, que el corazón no muerde y las palabras tampoco?

Para mí la motivación detrás de este proyecto es explorar los vínculos invisibles que nos atan y restringen, que nos asfixian sin matarnos, que nos oprimen sin percibirlo y que nos encierran entre barreras invisibles, en este caso, representadas por las expectativas y la incomunicación entre los hombres. Muchas veces, liberarnos del cautiverio que nos aprisiona no implica necesariamente cambiar de lugar, alterar nuestra naturaleza o distanciarnos de nuestro entorno. Sin embargo, se convierte en una quimera cuando nadie nos ha enseñado cómo vivir, ni a dónde mirar, ni con quien sincerarnos, ni en quien confiar. Junto a Iván y Félix, nos embarcamos en un viaje hacia nuestra autenticidad, buscando claridad sobre nuestros deseos, identificando nuestros sentimientos y respetando nuestras pasiones.

Sobre el Residente Borja Luna

Fotografía de Borja Luna

Borja Luna. Creador y guionista mostoleño, ha participado en el desarrollo de series y películas que forman parte del catálogo de importantes plataformas como Netflix, Disney+ o Max.

Tras licenciarse en Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos, inició su carrera profesional en Mediaset en el departamento de Producción Externa. Allí, tuvo la oportunidad de colaborar con reconocidas distribuidoras como Eccorights, Inter Medya o Mediawan.

En el año 2020, fue seleccionado como uno de los diez beneficiarios de la beca otorgada por la Fundación Amancio Ortega y la Fundación Santiago Rey Latorre, lo que le permitió continuar su formación en el Máster de Producción Ejecutiva (MPXA) en La Coruña. Al concluir sus estudios, se unió al equipo de Secuoya Studios participando en la producción de diversos proyectos como Campamento Newton (Disney) o Montecristo (Vix, Movistar+).

Paralelamente, en su labor como guionista ha sido seleccionado en el Conecta Fiction 2024, reconocido como finalista del I Concurso de Pitch Nebrija, seleccionado entre los diez mejores guiones en el Concurso Internacional de Pilotos 2022 de Filmarket Hub y obtuvo una mención especial en el Madrid Online Pitchbox por su proyecto de serie de ficción Incontrolados.

En 2023, su colaboración con Javier Hernández dio frutos con el largometraje Atlántica, el cual obtuvo varios reconocimientos como el de finalista del Break On Time 59´, ser seleccionado como proyecto del mes y estar entre los cinco mejores guiones del Concurso de Largometrajes en español del Filmarket Hub.

Desde junio de 2023, forma parte del equipo de desarrollo en Alea Media, productora de Aitor Gabilondo (Patria, El Príncipe, Vivir sin permiso). Durante este tiempo, ha participado en el desarrollo de proyectos como Animal Salvaje (Netflix), Salvador (Netflix) y otros proyectos que verán la luz el próximo año en diferentes plataformas.

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