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Largometraje de ficción

Lana

David Castro González

Fotograma de Lana

Sinopsis

Madrid, 1982. La Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial nunca ocurrieron. La natalidad está controlada globalmente. Sin autorización, procrear es delito. Madrid es oscura, sucia y repleta de contrastes. En El Rastro puedes ver, desde un puesto de relojes de cuerda, hasta otro donde venden robots y cartuchos con la memoria de personas fallecidas hace años.

Marta y José han ganado el Sorteo de la Lotería del Niño, que les permitirá ser los primeros padres desde la restricción. Sin embargo, no logran concebir. Por un test, se convierten en padres de una sandía común: una fruta que siente, habla y llora. Marta rechaza a la criatura, y José asume su crianza, bautizándola con el nombre de Lana.

Así comienza la vida de Lana, entre el miedo de su madre y la sobreprotección de su padre. Lana crece rápido, en un mundo en el que es imposible que encaje. Lo único estable es su abuela, encarnada literalmente en la IA de la casa.

Marta y José descubren qué es ser padres, si su vida era lo que deseaban o la vida de los otros. Lana es una reflexión sobre el amor, la familia y las frutas de temporada.

Proyecto

Lana es un largometraje de ciencia ficción costumbrista y castiza que, desde lo extraordinario, plantea la ruptura con la idea de familia tradicional, del concepto social de amor y el descubrimiento de la identidad. O también se puede definir como “la historia de una pareja que engendra una sandía”.

Desde mi adolescencia, he tenido la necesidad de ser padre, de cuidar a una criatura y de vivir la experiencia de entregar todo mi amor a otro ser. De profesión: padre. Con los años, esta idealización de la crianza ha cambiado y ya no quiero serlo. He vivido un proceso donde he encontrado el origen de las razones de este deseo, cómo mi carácter se había conformado desde la idea de ser un padre ideal y cómo los cuidados también pueden dañar.

El germen de Lana surge cuando estudiaba dirección y aún no había iniciado este proceso de auto-descubrimiento. Escribí la base de una historia en la que, de forma latente, ya me cuestionaba este rasgo de mi identidad, donde aparecía una criatura totalmente dependiente, necesitada de cuidado, en forma de sandía; un personaje rechazando ser madre y otro deseando amar para ser amado. Lana me ha acompañado en este camino y me ha servido para darme cuenta de que la voluntad es diferente al deseo y cómo este constructo social nos atraviesa y apela a todes.

El cine de género nos permite tomar distancia de la realidad, construyendo otros universos desde donde abordar temas esenciales con una perspectiva diferente y entretenida. Crear este Madrid ucrónico será un disfrute: ¿cómo será este 1982 sin haber sufrido una guerra mundial ni una civil? Quiero generar un diálogo con el espectador desde la curiosidad, eligiendo muy bien lo que muestro de ese contexto alternativo y lo que dejo a su propia imaginación. Al igual que une niñe aprende sobre el mundo sin filtros ni tabúes, el personaje de la sandía me permite introducir una visión de la existencia fuera de la moral humana, entrando en conceptos mucho más incómodos e inquietantes, pero también puros y dulces.

Lana es una historia tierna y cruel donde lo inaudito se convierte en posible, donde, a través de los personajes protagonistas y desde el punto de vista de la sandía, recorreré diferentes formas de amar y cómo nos afecta el cómo fuimos amados a cómo amamos.

¿Puede una sandía

 hacerte llorar?

Sobre el Residente David Castro González

Fotografía de David Castro González

David Castro González es director, productor y licenciado en pedagogía. Está especializado en animación stop motion y alfabetización audiovisual.

Sus cortometrajes como guionista y director han competido en festivales como Sitges, SEMINCI, Aguilar, Huesca, Almería, KISFF Kyiv, Encounters Bristol o Kurzfilm Hamburg. Su corto A2042 (2014) fue especialmente destacado.

Ha sido nominado a los Premios Goya como productor ejecutivo de Uka (2016) de Valle Comba y Todo está Perdido (2022) de Carla Pereira y Juanfran Jacinto. Ambos seleccionados en TIFF, Annecy, Bogoshorts, GIFF y Cannes, entre otros. En ficción, produjo Enemigos (2018) de David Muñoz, estrenado en el Festival de Málaga donde recientemente ha ganado el Premio del Público por el corto de animación Carmela (2024).

Es parte del colectivo de humor audiovisual LAG, donde creó la serie Sapristi (2014) para Atresmedia. Entre 2021 y 2025 fue cofundador de Mansalva Films, junto a Charli Bujosa Cortés, liderando los proyectos de animación. En 2025 crea Ácido Cítrico, productora centrada exclusivamente en animación.

Ha compaginado su carrera con la docencia en el Instituto del Cine Madrid y la ECAM, desarrollando el programa “Órbita Cine” para integrar el cine en secundaria. Fue vicepresidente y presidente de la Unión de Cineastas hasta 2023. Ha publicado sobre educación fílmica y fue parte del equipo consultivo del libro Cine y Educación de la Academia de Cine.

Actualmente produce El viaje de Azul de Aline Romero y el corto Un-Plug de Amanda González y Rubén Canales. Lana será su ópera prima.

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