Pina
Natalí Cardet

Sinopsis
Desde niña, Nati ha estado acompañada por PINA, alter ego que creó como refugio de un hogar fracturado por violencia, machismo y precariedad en Cuba. Pina fue una explosión de rebeldía, la voz que le preguntaba sin descanso ¿Qué quieres?
Ahora, en una notaría de Madrid, Nati está a punto de firmar su matrimonio para legalizarse en España. En ese instante, Pina reaparece furiosa para recordarle el pacto que hicieron cuando Nati era niña: no casarse jamás.
Pina la enfrenta a su contradictoria genealogía femenina: su madre la crió para ser esposa ideal aunque su matrimonio fue un fracaso; su abuela paterna volvió la convivencia un infierno, obsesionada con su hijo único, el padre de Nati. Y en 1800, su tatarabuela colonialista tuvo dos amantes y cinco infantes que no crió, mientras otra tatarabuela indígena fue violada por algún hombre blanco para que Nati exista hoy.
Nati creyó que su libertad estaría fuera de Cuba, pero al emigrar descubre que no la ata un país sino la herencia de las mujeres que la precedieron. Hasta que Nati comprenda cómo ellas la habitan, la pregunta de Pina sigue sin respuesta: ¿Qué quieres?
Proyecto
¿Qué quieres? Me desafía Pina. Mi mente la proyecta muy vívida, flotando frente a mí. Su cabello de fuego ilumina mi cara. Es un juego viejo, ambas sabemos la respuesta pero no consigo ser feliz la noche en que mi mamá ha muerto. Fusionando momentos autobiográficos con hechos históricos, Pina despliega una vitrina de arqueología familiar. Combina recuerdos de varias materias que ilustran cómo mi imaginación me ha salvado de las secuelas de crueles castigos a los que mi mamá me sometía, de ausencias e infidelidades de mi padre, violentas peleas familiares y la carencia extrema del Período Especial en la Cuba de los años noventa.
Cuando inventé a Pina, yo era un fósforo y ella, la candela, así la describieron los adultos. Pina aparecía todas las noches. ¿Qué quieres? Su pregunta fue como una brújula que no apuntaba claramente a una respuesta. A través de Pina, mi subconsciente analizaba obsesivamente mi realidad dentro de seguros mundos imaginarios. Pina era mi heroína todopoderosa, intérprete de cada escena en que yo la imaginara, siempre y cuando se ajustara a sus (mis) increíbles aspiraciones de libertad. Pina protagonizó mi despertar sexual, un tema tabú en mi familia.
Pero, luego del divorcio de mis padres y mis primeros roces con el enamoramiento, Pina se desvaneció. En la realidad, amar no funcionaba como me lo había imaginado. A pesar de ser una «niña modelo», mi hogar era un infierno. Por muchos años fui castigada por mi madre, ella por su suegra, ambas por mi papá. Cuando le confesé a mi primer novio que me gustaban otras personas, me convertí en una puta sucia. Pina no tenía sentido y desapareció. No pude imaginarla más; hasta esa noche después de enterrar a mi mamá. Desde ese momento, algo me posee. Me gradúo de diseño y cine. Hace ocho años vivo en una relación abierta que excede las aspiraciones de Pina. Necesito expresarme visual, verbal y sexualmente. Justo lo que mi mamá me prohibía. Pero aún no me siento libre. Luego del 11 de julio de 2021, Cuba da miedo. La seguridad del Estado me desaloja de mi alquiler y huyo de ahí. La primera mujer de mi familia que se va de Cuba. Pienso en mi madre, mi abuela y ancestras que no han podido escapar de eso ni de allá.
Madrid me recibe. Aquí, todo es diferente. Las plantas, el clima. Me doy cuenta que jamás había comido jamón. Me tiendo en El Retiro y la hierba está repleta de llantén, una planta que mi mamá me hacía como cocimiento. Parte el alma, diría ella. Esta ciudad parece Cuba recién pintada, con comida, medicina y transporte público. Emigrar desmiembra mi esencia. Me paraliza la multitud que pasa por mi lado en el Metro y sabe que no soy de aquí. Me hago un test de ADN. Mi herencia mesoamericana originaria se entrelazada con una antigua rama colonialista. Los genes indican que soy más ibérica que caribeña pero nunca me he mirado al espejo así. Me siento ajena, pequeña, una semilla que cae desde una hoja de helecho seca y arrugada. ¿Soy esa mujer que de niña soñé? En paralelo a los desafíos del presente, Pina y yo acordamos resolver traumas ahora que podemos entender mejor a mi madre y a mi abuela. Quiero contar nuestra historia y darles, aunque sea en una película, un final feliz. Quiero proyectarlas, libres, a través de mí.
Pina es mi crítica al papel arcaico destinado a la mujer en la sociedad cubana y a la responsabilidad femenina como sostén del patriarcado, a la desinformación ante el descubrimiento sexual femenino, al ciclo de educación violento y familiar. También, es mi homenaje al empoderamiento femenino como necesidad vital y natural, al conocimiento como camino a la libertad, a la imaginación como salvación de las mujeres que sueñan sin estar dormidas.
Sobre el Residente Natalí Cardet

Natalí Cardet Ricardo es guionista y directora cubana graduada de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV) y del Instituto Superior de Diseño (ISDi) en Cuba. Su carrera se ha centrado en contar historias femeninas que abordan temáticas diversas como el embarazo, la independencia y la identidad, a menudo en contextos fantasiosos o distópicos.
Como Directora de Arte, ganó la Mención Directa de Arte en la 17ª Muestra de Cine Joven Cubano por Gloria Eterna y fue invitada al Production Designers Collective en Sundance. Debutó como directora con el cortometraje de ficción New Eva, que recibió apoyo del Fondo Internacional de Cine GoCuba! y del Festival INSTAR. Además, ha sido seleccionada como guionista en el Talents Guadalajara en 2019.
Entre 2014 y 2025, ha participado en varios proyectos de ficción, documental y realidad virtual, incluyendo Loading, largometraje de ficción ganador de IBERMEDIA, Los ojos de Mila Kaos, proyecto de realidad virtual seleccionado en la Bienal de Venecia, y Hay algo en el silencio, documental de creación ganador del ICAA y otros incentivos. En 2023, participó en el programa de asesoría personalizada CIMA Mentoring 1to1, desarrollando su primer largometraje de animación Pina de la mano de la cineasta Isabel Herguera y que actualmente continúa evolucionando como parte de Residencias Academia de Cine 24-25 en Madrid.